Si hay un paraiso en el mundo, sin duda se encuentra en cuba, la isla donde no importa lo que suceda en el resto del mundo, porque allí se canta y se bebe ron a todas horas, con una sonrisa perpetua en la cara y una mirada de felicidad.
Ya hace más de un año en que la aventura de conocer este país tuvo lugar, fueron unos días increibles, donde no solamente pude disfrutar de la belleza, la simpatía, y la alegria de los cubanos, sino de la compañia de mis compañeros durante los cinco mejores años de mi vida, algunos amigos, otros bastante desconocidos a pesar de haber compartido tanto tiempo juntos, pero a los cuales pude ir conociendo a la vez que disfrutaba de esta gran aventura.
Personas, que jamás olvidare porque es imposible hacerlo cuando has crecido, madurado, aprendido, reido y llorado con ellos.
Nuestra aventura tuvo lugar un 17 de marzo de 2010...
Una aventura con un millón de anécdotas, algunas graciosas, otras totalmente caóticas, pero todas ellas tienen el mismo denominador común, me sacan una sonrisa con sólo recordarlas.
La Habana es una de esas ciudades que hay que padalear despacio, recorrer, perderse por sus calles, hablar con sus gentes, ir a un mercado y negociar (es lo más divertido) y, beber un mojito mientras bailas al son de la música cubana.
Para mi desgracia no pude disfrutarlo como me hubiese gustado, pero en el poco contacto que tuve con ella quede enamorada.
Sus playas te quedaran sin palabras, sin duda alguna son una maravilla, pero lo que te hará llegar al paraiso serán sus cayos; no hay palabras suficientes para hacer ver lo que en ellos se respira, tranquilidad, majestuosidad, belleza, naturaleza...
Y que decir de la fiesta, de la música, de sus bailes, toda una maravilla, pero lo mejor lo mejor es sin lugar a duda el tomarse un refrescante y delicioso mojito, en la playa mientras te pierdes en la infinidad de colores que tienen las aguas del Caribe.
Y como en todo viaje, aprendí nuevas lecciones de vida, entre otras, no importa cuanto tengas, ni lo que puedas llegar a conseguir, lo importante es disfrutar de las personas que están en tu vida y de lo que la vida misma te ofrece.
Prometí volver y prometo cumplir esa promesa, no será lo mismo sin las personas con las que lo viví, pero estoy segura, de que descubrire cosas maravillosas y aprendere muchisimo.
Siempre nos quedará cuba...
M.
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